
Groninga, 1972. Un joven ucraniano de extraordinario talento hace su presentación en Europa. Se disputa el Campeonato continental juvenil y Oleg Romanishin (1) se clasifica para la fase final con autoridad, en la que también toma parte el español Ángel Martín. El resultado no deja lugar a dudas acerca de su superioridad: es primero, con 7,5 puntos, seguido de Miles, con 6,5; Urzica y Buchal, con 5,5, etc. La siguiente partida revela un tratamiento poco común por parte de la incipiente estrella:
ROMANISHIN – MARTIN
Campeonato de Europa Juvenil Groninga, 1972-1973 Defensa Siciliana (B57)
Un estilo único
De Groninga regresa como campeón juvenil de Europa y con el título de maestro internacional en el bolsillo. En Holanda Romanishin reveló una característica de su estilo que nunca le abandonaría: la búsqueda inconformista de la mejor jugada, entendiéndose por ello la que él así juzga con su criterio
personal e intransferible. Lo había dicho Jan Timman en 1980: “Romanishin es único en su estilo. Es un jugador que rompe con todas las normas establecidas y las deja atrás.” Creatividad sin espuertas. “Las tablas me ponen enfermo”, declaró en una ocasión.
Los dos años siguientes seguirían marcando la fuerte personalidad ajedrecística de Romanishin, iconoclasta por excelencia: no hay jugada que no cuestione, ni posición que no mire con ojos nuevos. Los planes convencionales no le interesan, ni le interesan las jugadas de los demás, si no es por lo que
puedan contener de original.
Forja de un gran maestro
En 1974 Romanishin se clasifica para la Final del Campeonato Soviético, que tiene lugar en Leningrado. Finaliza en quinto lugar y obtiene cinco victorias, una de ellas notable contra Boris Gulko.
El entrenador de Romanishin era Viktor Kart, quien, según Kotov, constituye un fenómeno único y sorprendente en el mundo del ajedrez, pues no había sido un jugador destacado, lo cual no impidió que desarrollase al máximo nivel las facultades de un grupo de jugadores que han llegado a ser destacados grandes maestros, como Alexander Beliavsky, Iosif Dorfman, Adrian Mijalchishin y el propio Romanishin, además de Marta Litinskaia-Shul.
Acerca de sus métodos, Kart se expresaba así: “Es probable que la característica principal de nuestra labor sea el desarrollo del carácter y el hábito de trabajar duro. Sólo los caracteres fuertes pueden obtener resultados relevantes en la alta competición.” (2)

El éxito y el reconocimiento de sus destacados alumnos quedan reflejados en esta declaración de Romanishin: “Mi actitud ante el tablero y mi entera formación ajedrecística son producto de la labor de mi entrenador, Viktor Kart. Si existen fallos en nuestra formación, los responsables somos sus discípulos, no el profesor, quien es un magnífico pedagogo.” En 1975 Romanishin vence en el torneo internacional de Novi Sad y en Erevan, la capital de Armenia, tiene lugar el Campeonato de la URSS, donde (dejamos la palabra a Kotov) “se produjo una situación verdaderamente desconcertante. Un maestro de Lvov, de veintitrés años, obtuvo siete victorias contra famosos jugadores. Este maestro era Oleg Romanishin y la relación de sus víctimas es la siguiente: Petrosian, Furman, Polugaievsky, Balashov, Geller, Alburt y Klovan. No sólo las victorias fueron impresionantes, sino también el modo en que fueron obtenidas, que mereció repetidas ovaciones de los espectadores.”
ROMANISHIN – PETROSIAN
Campeonato de la URSS Erevan, 1975 Apertura Inglesa (A17)
En 1976 Romanishin gana el fuerte torneo internacinal de Erevan y, como en él es habitual, introduce varias novedades teóricas. En el Campeonato de la URSS de ese mismo año se clasifica octavo, con el 50% de los puntos, lo cual no impide que produzca algunas partidas verdaderamente magníficas. Su
victoria sobre Tal, por ejemplo, es de excelente factura.
ROMANISHIN – TAL
Campeonato de la URSS Moscú, 29.11.1976 Apertura Inglesa (A34)
La característica y difícil originalidad de Romanishin se pone de manifiesto
una y otra vez.

En el Campeonato Soviético de 1977 es noveno, a dos puntos de los primeros clasificados, Gulko y Dorfman. Gana el torneo internacinal de Leningrado, empatado con Tal, delante de Smyslov, Karpov, Vaganian y otros grandes maestros de primera fila, aun sufriendo dos derrotas.
Sus espléndidas actuaciones de 1977 le valen ascender en la lista internacional de 1978 hasta los 2610 puntos Elo, la cota más alta que jamás conseguirá.
Años de incertidumbre
En 1978 participa en el Torneo Zonal que se disputa en su ciudad, Lvov, y en el que finaliza tercero. De nuevo en Ucrania (Kiev) participa en un torneo internacional en el que fracasa, finalizando décimo, con cinco partidas perdidas, consecuencia de un juego excesivamente arriesgado. También en 1978 es sexto en Amsterdam, y en el Campeonato Soviético (que ganan Tal y Zeshkovsky) cosecha cinco derrotas, si bien consigue el mismo número de victorias que Zeshkovsky y una más que Tal, lo que
demuestra la clase de ajedrez combativo que practia el ucraniano.
Por primera vez (¡y última!) integra el equipo de la URSS en la Olimpiada de Buenos Aires (1978),donde su actuación, sin ser mala, deja bastante que desear a los estrictos ojos de las autoridades deportivas soviéticas. Tiene un comienzo fulgurante, con tres victorias consecutivas, pero luego sigue una serie de cuatro tablas y una derrota ante el sueco Schneider. Nuevas tablas y victoria sobre Donner al final, para totalizar 6,5 de 10 (+4 =5 -1).
En el Interzonal de Riga (1979) es quinto, a tan sólo un punto del segundo (Polugaievsky), pero a 3,5 puntos del vencedor (Tal). En el fortísimo torneo internacional de Tilburg tiene, sin embargo, una gran actuación, quedando segundo, a medio punto de Karpov.
En los años siguientes, Romanishin acumula terceros puestos: en Erevan (1980), Riga (1981) y el campeonato Soviético de 1981, así como en el torneo internacional de Sochi (1982).

Certidumbre y estancamiento
En los ochenta Romanishin entra en una fase en la que alterna excelentes resultados, con otros menos buenos y algunos francamente malos. La irregularidad es la nota predominante de esa época En 1986 el periodista Svend Novrup, presidente de la AIPE (3) le pregunta al gran maestro Jan Timman: En 1980 señalaste a Kasparov y Romanishin como los jugadores soviéticos más interesantes. ¿Qué le ha pasado a Romanishin? No consigue obtener resultados regulares. Y eso es lógico, porque se niega a realizar jugadas normales en la apertura, lo que, obviamente, significa invertir demasiada energía. Así es, al menos, cómo yo lo veo. Romanishin sigue teniendo ideas e inventiva, pero no se produce una auténtica progresión en materia de resultados. No olvidemos que “su estilo” (habla Kotov) tiende a ser combinativo y táctico, y es bien sabido que esta inclinación no siempre produce los primeros puestos en las competiciones.”La capacidad competitiva al más alto nivel, el famoso instinto asesino que caracteriza a los campeones, probablemente es algo que no está suficientemente desarrollado en el gran maestro ucraniano y ese déficit amenaza con estancarlo en el umbral de la élite (los 2600 puntos Elo). Con todo, vence en el torneo de Yurmala (1983), pero es noveno en el Campeonato de la URSS y finaliza séptimo en el macrotorneo internacional de Indonesia del mismo año. En Lvov (1984) cae hasta el 12º puesto (uno de los grandes reveses de su carrera). Es primero en Moscú (1985) y tercero en Tbilisi (1986). A partir de ahí, su nombre comienza a hacerse raro en la nómina de los grandes torneos, aunque sigue obteniendo resultados que para otro ajedrecista serían excelentes, mientras que para él apenas son mediocres: cuarto en Leningrado (1987), segundo en Moscú (1987), segundo en Biel
(1987) y en Dresde (1988). En Debrecen 1990 comparte el primer puesto con Balashov y ese año gana los torneos abiertos de Györ y Sibenik. En 1991 juega en el importante torneo de Reggio Emilia, con un buen resultado: cuarto, empatado con Beliavsky y Epishin.

Avatares de trotamundos
Romanishin, aun pasados sus mejores y sus buenos tiempos, y puesto que “posee el preciado don de la fantasía, que le permite descubrir nuevas y fascinantes posibilidades en las profundidades del ajedrez”, 4 seguramente sigue persiguiéndose a sí mismo, a través de sus hallazgos, destilando las
esencias del tablero. Todo un veteranísimo, continúa recorriendo Europa, jugando abiertos y competiciones nacionales por equipos, desafiando o ignorando las leyes de la biología. Claro que el tiempo pasa y las energías y las ilusiones se van desvaneciendo como en un sueño…
(1) Oleg Mijailovich Romanishin nació en Lvov (Ucrania), el 10 de enero de 1952.
(2) Citado por Alexander Kotov, en su libro Piense como un gran maestro. Fundamentos/Aguilera.
(3) Association Internationale de la Presse Échiquéenne.
(4) Entrene como un gran maestro, Alexander Kotov. Fundamentos/Aguilera.

https://www.libreriasur.com.pe/libro/eso-no-estaba-en-mi-libro-de-historia-del-ajedrez_149023
https://tiendachessy.com/castellano/952-guia-del-perfecto-tramposo-en-ajedrez-9788417229672.html
https://almuzaralibros.com/fichalibro.php?libro=38
